viernes, 29 de enero de 2010

jueves, 28 de enero de 2010

tienes que ver esta nueva novela!


CAPITALiSMO : una nueva historia de amor!
hay razones por lo cuales no lo muestran en los esados unidos...!!
Documentario encantador, y muy humoroso porque claramente hecho por Michael Moore.

miércoles, 20 de enero de 2010

exposiciones

hasta ahora, mi preferido he estado el de google, en particular de parte del chico, que ha hecho su parte super bien. lo que habría preferido, es de saber mas sobra el tema de los proyectos que tiene google (y demostraciones de estos directamente desde google), y menos del tios que lo han proyectado..
me intereso también el tema de las multinacionales, era una pena que no han tenido mucho tiempo para hacer su exposición. me gustaba como se puede ser un modelo de muchas otras cosas
otra cosa.. no comprendo porque la mayoría de la gente se asienta por la presentación.. no se si es un mi costumbre, que es diferente, pero por lo que se yo, hay algunas reglas lógicas de una presentación, como de presentarte, de pie, y de no dar la espalda tu publico y de no leer todo el tiempo!
estoy consiente que no he hecho una buenas presentación quizás pero bueno estas cosas deverian estar respectadas creo.
Muy interesante intervención de parte del grupo de hoy, jueves 28(o por lo meno hasta 3 horas) por el tema en particular. solo que en mi opinión, en los estados unidos el problema es que NO HAY un sistema sanitario. falta, por que un sistema de sanidad es establecido por la mayoría de la población, y en este caso, no es así. Si piensan que tienes una buena forma de sistema de sanidad es porque no tienen idea lo de los sistemas que hay en otro lugares del mundo (equivalente economicamente).

lunes, 18 de enero de 2010

alquilado!!:) URGENTE: SE ALQUILA HABITACION DOBLE O INDIVIDUAL EN ARGUELLES

Piso muy CENTRICO! Esta entre plaza de espana y moncloa. a 1 minuto del metro: ventura rodrigues (linea 3) Al lado del parque del oeste y el templo debod. perfecto para ir a correr, marchar O estaR al sol y tiene muy buena vista de madrid. A bajo del piso hay todo lo necesario para la vida diaria: supermercados (dia, supersol), fruterias, carniceria, farmacia centro de salud, correos, cines, tiendas, bares..!!

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LIBRE DESDE FEBRERO: lo sieno pero no mas!en final he consegido muy rapido!


jueves, 14 de enero de 2010

Sweezy


RESUMEN: "TEORÍA DEL DESARROLLO CAPITALISTA"SWEEZY



Trabajo grupal de:

Paul Andrei Lungu
Lara Lionetti
Mercedes Bartolomé
Ana Belén Almagro
Bárbara Sbrogiò


CAPÍTULO I: EL USO DE LA ABSTRACCIÓN

Karl Marx era defensor del procedimiento abstracto-deductivo, fórmula también conocida en la teoría moderna como “aproximaciones sucesivas”. Este procedimiento lo usa también en sus teorías económicas. Consiste en acercarse desde lo más genérico hasta lo concreto. Hay dos cuestiones básicas a considerar en esta idea marxista: la primera de ellas hace referencia al problema que se examina, qué problema es; y la segunda, a los elementos más importantes del mismo. De aquí sustraemos ciertos límites, pues de algunos elementos nos podremos abstraer, pero de otros no. Podría parecer necesariamente inevitablemente que determinados problemas deban ser tratados del mismo modo, pero es una realidad que los diferentes economistas que han estudiado casos semejantes, no han incurrido en los mismos elementos. Por ejemplo, mientras Adam Smith trató sobre “la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones”, Ricardo lo hizo sobre “las leyes que rigen la distribución de los productos de la tierra”, Marshall sobre “las acciones del hombre en asuntos ordinarios de la vida”, Davenport sobre “los recios y sus causas y corolarios”, y Robbins sobre “la conducta humana como relación entre fines y medios limitados que tienen usos alternativos”. Por lo tanto no hay dos investigadores que aborden de la misma forma un problema, o que usen de los mismos elementos. En palabras de Hegel, en su obra Filosofía en la Historia, es preciso establecer qué es lo esencial en una investigación y lo que no lo es, ésta es la tarea específica de la abstracción. Puede ser una tarea difícil, pero el modo de llevarlo a cabo es la formulación de hipótesis que nos lleven a comprobar experimentalmente que esas conclusiones que hemos manejado son lo esencial. En su obra, el problema del que se ocupa Marx es la sociedad en su conjunto, sobre todo el proceso del cambio social. Su idea no era centrarse en términos económicos, pero sí la interrelación entre éstos, los económicos, y los que no lo eran, dentro de la existencia social. Sin embargo, cuando hubo concluido que la clave del cambio estaba en los modos de producción, centró más su estudio en la economía política. A partir de este momento, Marx asimiló la idea hegeliana sobre el conflicto entre fuerzas opuestas, pero la abarcó desde la historia. Desde este punto, salen los elementos esenciales: las fuerzas económicas, acción dentro de los conflictos de clase dentro del capitalismo, así como en fases anteriores en la historia. Por esto, dirá Marx que “el capital es la fuerza que todo lo domina en la sociedad burguesa”. Desarrollando esta frase, se obtiene que la relación económica más importante es la que hay entre los obreros y los capitalistas, porque “ la relación entre el trabajo asalariado y el capital determina todo el carácter del modo de producción”, que en su Manifiesto se plasmara de este modo: “la sociedad en su conjunto se divide cada vez más en dos campos hostiles, en dos grandes clases que se enfrentan una a otra: la burguesía y el proletariado”. Es aquí donde se encuentra el centro de la investigación.

Según Marx explica la relación entre el trabajo y el capitalista es que el capitalista compra su fuerza de trabajo al obrero, el que recibe del primero dinero a cambio, que le sirve para vivir. Así llegamos a la Economía Política de Marx en sí misma. Se llama Crítica de la economía política dentro del El Capital, a “las mercancías” y es todo aquello que se cambia. Para analizarlas hay que hacerlo con la relación entre el cambio y el valor del mismo, junto con una observación del dinero.

El proceso de cambio es congénito a las relaciones determinadas, o sea, que el cambio social es un proceso histórico, que en origen no conoce su fin, sobre lo que Marx remata que “…lo único inmutable es la abstracción del movimiento”. Sin embargo, el proceso del cambio social es producto de la acción humana, pero limitada por la clase de sociedad en que tiene lugar. Esta intención le conduce una crítica de la sociedad, incluso de la actual. Así mismo hay que tener en cuenta, que esta visión histórica y transitoria del capitalismo es una deducción superior, y es el modo en que los marxistas tienen la virtud de crítica sobre el sistema, a la vez que permaneces dentro del mismo, pues la acción humana es responsable de los cambos del sistema, y esta crítica es muy importante.

CAPÍTULO II: EL PROBLEMA DEL VALOR CUANTITATIVO

Marx define la mercancía como lo producido por el hombre para el cambio. Dice que el cambio es el que produce la división del trabajo y que aunque la producción de mercancías no es una expresión directa del hombre, sí es la forma inevitable de vida económica, estando condicionada históricamente. En contraposición está Adam Smith, que dice que la causa del aumento de la producción está en la división
del trabajo. Así es ésta la que provoca el cambio, y no la producción, como diría Marx. Para éste último, la producción esconde relaciones sociales subyacentes, ya que las mercancías son fruto de distintos trabajos relacionados entre sí, y es el economista el que debe descubrirlas, afirmando que la economía política ha de adquirir también carácter cualitativo y no sólo cuantitativo.
El valor de cambio de Smith es de validez cuantitativa, pero la economía política de Marx contiene elementos cualitativos, muy en cuenta.
Los distintos valores atribuidos a las mercancías, son:
-Valor de uso y valor de cambio
Es la relación que existe entre el consumidor y el objeto consumido, es lo que ahora se llamaría “utilidad”, y Marx lo apartaba de su estudio de economía política. Pero esto no resta valor al valor de uso en la economía política, sino que es igualmente esencial para la producción, para el consumo, por lo que no aparece excluido de los factores que dictan los fenómenos económicos.

El cambio, como elemento esencial de la producción social, es tal en relación a las mercancías y en los productos de cambio; es la relación en términos cuantitativos. Sólo es una forma de exterior de la relación social entre los propietarios y los productores mismos. Es una relación en la que unos trabajan para otros. Es un cambio de trabajo, de unos productores individuales, trabajando unos para otros, en una sociedad basada en la división del trabajo.

El trabajo tiene dos aspectos clave, uno correspondiente al valor de uso, y otro al valor de la mercancía que produce. La relación existente del valor con el trabajo es cualitativamente un aparte misma del trabajo, pues es fuerza humana, creadora de mercancías; y por otro lado, es gasto de fuerza humana gastada en torno a un fin específico, y en este atributo es útil y produce esos valores de uso.

Hace referencia, en palabras textuales de Marx, al “trabajo en general”, es decir, aquél considerado aparte de caracteres específicos de distingue unos de otros. Esto permite comprobar, efectivamente, que la suma de la fuerza de trabajo social susceptible de transferencia de un uso a otro es evidente, fuera de las formas específicas que puede tomar, de acuerdo a la necesidad social; e inconscientemente, esta manera de verlo, presupone ya que el capitalismo es en este menester, una fuerza muy superior a las demás formas anteriores de sociedad.

Las tareas más significativas del ámbito cuantitativo, están basadas o toman como soporte los datos del análisis cualitativo, y a esto ha llegado Marx a través de la metodología, que le hizo modificar poco a poco sus ideas, y perfeccionarlas. Y es que, por el mero hecho de que una mercancía es un valor, ha tomado parte de la actividad que produce la riqueza de la sociedad, y aquí las simplificaciones en abstracto, como conceptos cualitativos, sirven como categoría cuantitativa, diferente del valor de cambio, que a su vez proporciona la magnitud del valor de cambio.

Marx resumió en El Capital, que la relación entre los hombres en la producción de mercancías “adopta, a sus ojos, la fantástica forma de una relación entre las cosas”. Y esto sólo es alcanzable cuando, llegados a un punto en la historia, la producción de mercancías está tan desarrollada, que su materialización en las relaciones sociales es concluyente. Y de esta manera, el orden social derivado de ello, se concierte en una “segunda naturaleza” (Lukacs). Se ve el sistema actual vigente como verdadero, como óptimo, y los demás anteriores, sólo como meras fases, imperfectas, antesalas del capitalismo, perfecto y puro, en todas sus categorías, dando poder autónomo a cada uno de los factores de producción, pero que no deja de ser una mistificación del modo de producción capitalista.

Sweezy dice que aquellos defensores del capitalismo, aquellos que viven bajo sus formas, admiten el mismo como una representación de las relaciones sociales, es decir, que aunque se puedan hallar ocultas, las relaciones sociales derivadas del sistema capitalista a dado otra racionalidad a la economía, dejando ver que sin el capitalismo el desarrollo sería inimaginable. Pero es que, del mismo modo, afirmamos y reconocemos casi sin pensar en ello, que, en efecto, cada uno somos propietarios de una mercancía, y los que sólo disponen de la del trabajo, no están ya exactamente en el plano igualitario que se supone determina el capitalismo y la teorización del concepto de mercancía, pues el que posee sólo su fuerza de trabajo, está por debajo del terrateniente, y no sabe que está obligado, subyugado, a las condiciones prescritas por los que poseen los medios de producción; es decir, está siendo explotado.

CAPÍTULO III: EL PROBLEMA DEL VALOR CUANTITATIVO
Según Sweezy el trabajo tiene que aplicarse en cada sociedad a la producción y los productos deben ser distribuidos entre los miembros de la sociedad. Esto sería algo que se daría en todas las sociedades, entonces, lo que cambia en la historia es la forma de organizar y llevar a cabo esas actividades. La necesidad de distribuir este trabajo social se manifiesta en el cambio privado o valor de cambio de los productos.
Para Marx, existe una correspondencia entre las proporciones del cambio y las proporciones del tiempo de trabajo. De esta manera, a la hora de dar valor, debe tomarse en cuenta sólo el trabajo que es socialmente necesario, es decir, necesario en las condiciones sociales existentes, con las condiciones normales de producción y con el grado de habilidad medio. Asimismo, el trabajo más cualificado que el trabajo simple, debe tener correlativamente una mayor capacidad de producir valor. Entonces, esto se traduce en que la relación entre ambos tipos de trabajo, tanto el cualificado como el simple, son teóricamente susceptibles de medición independientemente de los valores de mercado de sus productos.
También hay que tener en cuenta, por otro lado, el caso de si la diferencia entre dos obreros se basa en el adiestramiento recibido, ya que en el caso de que esto fuese así, el trabajador no sólo emplearía su trabajo, sino también parte del trabajo de los que le han enseñado. En este caso, ese doble trabajo debe hacerse notar en el valor del producto final.
La relación que ha de establecerse entre el trabajo y el valor de los productos ha de guardar un cierto equilibrio. De esta manera, además tanto la oferta como la demanda se equilibran, pero esto sólo ocurre si ambos operan libremente en el mercado. Si tenemos en cuenta esto, sucede que la teoría del trabajo y el valor de los productos pueden no ser tal y como se nos presentan, ya que actuarían de forma contraria dentro del propio mercado.
La relación existente entre la oferta y la demanda explica entonces; por una parte, las desviaciones de los precios de mercado, y por otra, la tendencia a hacer fluctuar estas desviaciones, es decir, a suspender el efecto de la relación de demanda y oferta. En el caso de que la oferta y la demanda se equilibren, el precio de los productos coincidirán con su valor real, pero si se producen desequilibrios, no habrá coincidencia. El equilibrio económico vendrá basado en la información que tengamos sobre el costo relativo en trabajo y sobre la intensidad relativa de la demanda de un trabajo u otro.
A Marx se le acusa de haber ignorado el papel de la demanda, este punto carece de importancia en la medida en que la discusión se limita a las proporciones del cambio en una sociedad de producción simple de mercancías, pero cuando se concibe para una forma más amplia de producción, ahí si es necesario conocer tanto la proporción del cambio como la distribución del trabajo, siendo necesario contar con las dos clases de información que proporcionan ese equilibrio.
“Es un equilibrio porque define el estado de cosas que, si no ocurre ningún cambio en las condiciones básicas, persistirá…”.
En cuanto al valor de uso de las mercancías individuales y el valor de uso de la masa social de productos, Sweezy se refiere a que existen diferencias, ya que en las primeras dependerían de la necesidad particular que cada una satisface; y las segundas de la medida en que se satisface una necesidad social determinada de cada clase particular de producto. Por lo tanto, la necesidad social, es un factor determinante de la cantidad de trabajo social que deben suministrar las diferentes esferas particulares.
A la hora de examinar el reconocimiento que Marx hacía a cerca del papel que jugaba la demanda en determinar la asignación del trabajo social, se plantean dos cuestiones ¿por qué le dio un espacio tan breve dentro de su teoría? y ¿por qué no elaboró una teoría de la opción de los consumidores? Se plantean dos razones, en primer lugar bajo el capitalismo la demanda efectiva es sólo parcialmente una cuestión relativa a las necesidades de los consumidores, y en segundo lugar, está la cuestión básica de la distribución del ingreso, que a su vez es un reflejo de las relaciones de producción o estructura de clase de la sociedad. No hay que olvidar que la demanda social está esencialmente condicionada por las relaciones mutuas de las distintas clases económicas y sus posiciones económicas relativas, es decir primero por la proporción entre la plusvalía total y los salarios, y segundo por la división de la plusvalía en sus diversas partes.
Para Marx los gustos de los consumidores juegan un papel importante a la hora de determinar la asignación de los esfuerzos productivos, aunque no los considera del todo relevantes. Esto se debe a que pensaba que las necesidades, son un reflejo del desarrollo técnico y organizacional de las sociedades. Por eso no es la conciencia de los hombres la que determina su existencia, sino que, por el contrario su existencia social determina su conciencia.
Sweezy dirá que en cuanto a la ley del valor de Marx resume las fuerzas actuantes en una sociedad productora de mercancías que regula, siendo éstas: 1. las proporciones del cambio de mercancías, 2. la cantidad producida de cada una y 3. la asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de la producción. Según esto, una sociedad de productores privados que satisfagan sus necesidades por el intercambio mutuo sería la condición básica para la existencia de una ley del valor. Convirtiéndose en una teoría de equilibrio general desarrollada en primer término con referencias a la producción simple de mercancías y adaptada después al capitalismo. Con esto, podemos decir que no sólo en una sociedad que se dedique a producir mercancías es una sociedad desestructurada, sino que también existe un orden.
En cuanto a la ley interna del mercado Sweezy se refiere a que se cumple por medio de la competencia entre los productores, por la presión mutua que ejercen entre ellos, presión a través de la cual se consigue el equilibrio. La ley del valor pierde su importancia, el principio de planeación le sustituye.
En la economía política de una sociedad socialista la teoría de la planeación debería ocupar la misma posición básica que la teoría del valor en la economía política de una sociedad capitalista. El precio según Marx, sería tan sólo la expresión monetaria del valor.
Cuando hablamos de precio de monopolio, nos referimos en sentido general a un precio determinado por el deseo de adquirir de los compradores y por su solvencia, independientemente del precio, que es determinado por el precio de producción general y por el valor del producto. Por lo tanto, la demanda adquiere una significación especial, ya que el control de la oferta por el monopolista le permite aprovecharse de las condiciones de la demanda. Este es un punto importante, ya que las relaciones de valor cuantitativo sí son perturbadas por el monopolio, pero las de valor cualitativo no. Podemos seguir midiendo y comparando mercancías y conjuntos de mercancías en términos de unidades de tiempo de trabajo, incluso habiendo una situación monopolista.

CAPÍTULO IV: PLUSVALÍA Y CAPITALISMO

Sweezy comienza explicando el concepto de capitalismo y todo aquello que le es necesario para que se pueda realizar, el desarrollo de la producción de mercancías. Hay que señalar la distinción entre producción de mercancías y capitalismo, puesto que, aunque el capitalismo se base esencialmente en ello, no toda la producción de mercancías implica necesariamente el capitalismo. La diferencia principal del capitalismo se basa en la compra y venta de la fuerza de trabajo, basándose por ello en continuas relaciones de cambio, como bien expuso Marx, se trata de una nueva época en el proceso de producción social. En el capitalismo tanto los medios de producción como la fuerza de trabajo son mercancías, por lo que poseen valor de cambio.

A lo largo de la historia se han producido diversos cambios ya que la producción simple de mercancías consistía en cambiar mercancía por dinero y este a su vez por nuevas mercancías que satisfacían las necesidades nuevamente generadas (M-D-M); sin embargo, en el capitalismo se cambia dinero por mercancía y esta a su vez por dinero (D-M-D), el dinero es el principio y el fin.Pero hay que señalar que el valor del primer dinero es totalmente distinto al obtenido tras la venta de la mercancía, por lo que hay que diferenciarlos. Al primer “dinero” se le denomina D y al segundo D´, siendo ésta última D´ de mayor valor que la primera, pues el objetivo de dicho cambio es la obtención de una continua acumulación (de riqueza). A esta diferencia es lo que Marx llama plusvalía.

Sin embargo, algunos economistas ortodoxos mantiene que, la adquisición de plusvalía como incentivo de la producción proviene de una característica innata de la naturaleza humana, el llamado “móvil de la ganancia”, siendo no el sistema capitalista, si no el ser humano el que, con continuas ansias de poder, ha fomentado el concepto y desarrollo de “plusvalía”.

Para conocer el origen de la plusvalía, según Marx, es necesario analizar el valor de la mercancía fuerza de trabajo, siendo ésta el trabajo mismo. El capitalista compra la fuerza del trabajo del obrero, es decir, al obrero mismo, quien durante un periodo de horas laborales acordado previamente, recibirá un salario (suma correspondiente al valor de los medios de subsistencia del obrero), a cambio de realizar el trabajo que le sea impuesto.Dichas horas laborales, traducidas en la jornada de trabajo del obrero, puede dividirse en dos partes; el trabajo necesario y el trabajo excedente. El trabajo necesario es aquel que el obrero intercambia para compensar sus medios de subsistencia, es decir, es el que obtiene el obrero a modo de salario; mientras que el trabajo excedente es aquel que se da una vez cumplido el trabajo necesario, convirtiéndose en plusvalía, y siendo un beneficio perteneciente al capitalista.

En cuanto al valor total de cualquier mercancía, este está compuesto por tres partes; el capital constante (c) que es aquel que no cambia, representando el valor de la maquinaria y de los materiales utilizados; el capital variable (v) que es aquel que cambia, dependiendo del valor de la fuerza de trabajo; y por último la plusvalía (p), obteniendo con todo ello, como ya hemos dicho, el valor total de una mercancía. Este valor total equivale a las entradas brutas por ventas, el capital constante al desembolso en materiales más depreciación, el capital variable al desembolso en sueldos y salarios, y la plusvalía al ingreso disponible, tras todas estas operaciones, para su distribución como interés y dividendos o para su reinversión en el negocio.

La tasa de plusvalía (p´) es la porción de la plusvalía (p) con respecto al capital variable (v). Según Marx esta tasa es sólo propia de las sociedades capitalistas.La tasa de explotación es la proporción de trabajo excedente con respecto al trabajo necesario. Esta tasa, en cambio, es propia de cualquier sociedad.

La magnitud de la tasa de plusvalía está determinada por tres factores: la duración de la jornada de trabajo, la cantidad de mercancías que entran en el salario real y la productividad del trabajo.

En cuanto a la plusvalía hay que distinguir dos tipos: la plusvalía absoluta, aquella que se obtiene de aumentar las horas de trabajo del obrero y la plusvalía relativa, que es aquella que se puede obtener por dos vías, o bien disminuyendo el salario del obrero o bien haciéndole aumentar su productividad.

Lo que Marx llama composición orgánica de capital se deriva de la fórmula del valor total. La composición orgánica de capital (o) es la proporción del capital con respecto al capital total. Aquí, el trabajo es provisto de materiales, instrumentos y maquinaria en el proceso productivo.

El punto seis del capítulo trata sobre la tasa de ganancia (g), es decir, la proporción de la plusvalía (p) con respecto al desembolso total de capital (c+v). Para explicar mejor la teoría, Marx supone que todo capital tiene un idéntico período de rotación de un año, ya que en la práctica el total de inversión no es generalmente igual que el capital empleado durante un año, ya que el tiempo de rotación de los distintos elementos de la inversión total varía de forma notable.

Además cree que la tasa de ganancia es igual tanto en las industrias como en las empresas. Si tanto las tasas de plusvalía como las tasas de ganancia son iguales en todas partes, pues se entiende que, la composición orgánica del capital debe ser igual en todas partes, si el cambio de mercancías debe realizarse de acuerdo con la ley del valor.

CAPÍTULO V: LA ACUMULACIÓN Y EL EJÉRCITO DE RESERVA

Este capítulo comienza con la descripción de una situación económica teórica estable en la cual no hay acumulación de capital, a la cual llama de “Reproducción Simple”. La producción se divide en dos amplios sectores: por un lado producción de medios de producción y por otro producción de artículos de consumo, estos últimos se subdividen en otras dos categorías (artículos necesarios para la vida y artículos de lujo).Esta es la oferta total de mercancías.
Los ingresos están compuestos por tres categorías:
1)ingresos que el empresario habrá de reinvertir en medios de producción, 2)la plusvalía y 3)el salario.

Considerándose demanda de mercancías. Para que este sistema tenga estabilidad, el capital constante utilizado debe ser igual a la producción total de los bienes de producción, por lo que el capital usado en la parte de artículos de consumo debe ser igual al valor total de las mercancías consumidas por los obreros y capitalistas dedicados a producir medios de producción. Ambos sectores deben interaccionar entre si de tal forma que las fuerzas sean equilibradas, cuando el capital variable y las plusvalías del primer sector sean iguales al capital constante del segundo, se establece un equilibrio entre la oferta y la demanda.
La realidad es bien diferente, y el empresario que gasta todos sus ingresos en mejorar sus instalaciones o en medios de producción se convierte en la realidad en un empresario que acumula capital. El capital que acumula lo reinvierte para obtener más plusvalía, volver a invertirlo y así sucesivamente… este modelo es llamado de “Reproducción Ampliada”. El éxito en la sociedad capitalista consiste en hacer crecer el capital propio. En contraste con la “Reproducción Simple”, mostrando la interrelación entre oferta y demanda cuando la acumulación es tenida en consideración, es decir, cuando los capitalistas no consumen totalmente la “plusvalía”, sino que ésta es fraccionada en tres partes:
una que consumen los capitalistas, otra que se añade al capital constante y otra que se suma al capital variable.
En consecuencia, la acumulación conlleva un aumento en la demanda de fuerza de trabajo. El aumento de demanda comporta un aumento en el precio de la mercancía, lo que produce una desviación del precio respecto de su valor. Si en el primer caso la fuerza de trabajo se vende a su valor, ahora ya no existe la igualdad entre fuerza de trabajo y los salarios.
Marx introduce el concepto de “ejército de reserva” o “población excedente relativa” para referirse a los obreros desocupados, que mediante su competencia activa en el mercado de trabajo ejercen una presión constante hacia abajo, en el nivel de sus salarios. El empresario ha podido sustituir empleados por máquinas, reduciendo el salario. Este sector está compuesto por todos aquellos asalariados que han sido desplazados por las máquinas.
Una explosión de acumulación de capital puede ser el resultante de la apertura de un nuevo mercado o una nueva industria. Es en estas ocasiones cuando el ejército de reserva se emplea y se esfuma el obstáculo que frena el incremento de los salarios. Pero en todo período de crisis, cuando existen estas reducciones de trabajadores asalariados en situación de desempleo, en un corto lapso de tiempo se vuelve a formar ese ejército de asalariados, (reserva).
Según las teorías clásicas, los salarios se regulan por factores externos al sistema (población). En estas teorías, Marx incluye el empleo industrial y el ejército de reserva. Lo que trata de explicarnos Sweezy en esta parte del libro, es que según Marx, el ejército de reserva se forma por las inevitables innovaciones tecnológicas que modernizan la industria y economizan el trabajo, y gracias a esta modernización, la plusvalía aumenta asegurando los ingresos a la clase que soporta. Según esto Sweezy destaca la equivoca idea de la suposición de que la introducción de las máquinas para ahorrar trabajo y la acumulación vayan a la misma velocidad, como para mantener un equilibrio entre los salarios y la plusvalía.



CAPITULO VI: LA TENDENCIA DESCENDENTE DE LA TASA DE LA GANANCIA

Esta formulación de la ley sigue la idea de Marx.

La misma cantidad de trabajo puede elaborar más materiales y rendir un volumen cada vez mayor de productos acabados. Ello quiere decir que la productividad del trabajo crece de continuo. De estos cursos derivó Marx su famosa “ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia”.
La tasa de la ganancia puede expresarse en términos de la tasa de la plusvalía y la composición orgánica del capital, con la fórmula siguiente:
G= p’ (I – o)
Esto es la Teoría de la Ley, demostraba que ciertos obstáculos internos se oponían al desarrollo indefinido de la producción capitalista. Por una parte, una composición orgánica ascendente del capital es la expresión de la creciente productividad del trabajo. Por otra parte, la tasa descendente de la ganancia que la acompaña tiene que cerrar al fin los cauces de la iniciativa capitalista.

Marx enumera seis “causas que contrarrestan” que “contrarrestan y anulan “la ley general de la tasa descendente de la ganancia. Una de éstas se relaciona en realidad con la forma de calcular la tasa de ganancia. Las otras cinco pueden ser clasificadas según que su efecto sea mantener baja la composición orgánica del capital o elevar la tasa de la plusvalía.
Clasificación:
- Abaratamiento de los elementos del capital constante. El uso creciente de maquinaria, elevando la productividad del trabajo, disminuye el valor por unidad del capital constante. “En esta forma el valor del capital constante, aunque crece sin cesar, no puede crecer en la misma proporción que su volumen material. Un aumento dado en la composición orgánica del capital, haciendo bajar el valor del capital constante, actúa en cierta medida como su propio correctivo.
- Aumento de la intensidad de explotación. Aquí Marx hace hincapié en la prolongación de la jornada de trabajo y en lo que hoy se llamaría “acelerar” y “estirar”. La prolongación de la jornada de trabajo eleva directamente la tasa de la plusvalía. El acelerar y estirar eleva la tasa de la plusvalía haciendo entrar el trabajo necesario en un tiempo más corto y dejando así una parte mayor de la jornada de trabajo no alterada para el trabajo excedente. El efecto en cualquiera de estos casos es elevar la tasa de la ganancia en relación con lo que en otras circunstancias hubiera sido.
- Depresión de los salarios más debajo de su valor. Práctica de reducción de salarios, que los capitalistas están dispuestos a adoptar cada vez que pueden. Marx meramente la menciona de paso, puesto que se apoya en la suposición general de que todos los precios y salarios están determinados por el mercado, y esta suposición rechaza la posibilidad de una política de salarios agresiva por parte de los capitalistas.
- Sobrepoblación relativa. Marx hace hincapié en el punto de que la existencia de trabajadores desocupados conduce a la instalación de nuevas industrias con una composición orgánica del capital relativamente baja y una tasa de la ganancia relativamente alta. Cuando estas tasas de la ganancia relativamente altas se promedian con las tasas de ganancia obtenidas en las viejas industrias, hacen subir la tasa de la ganancia general.
- Comercio exterior. En la medida en que el comercio exterior abarata en parte los elementos del capital constante, y en parte los artículos necesarios para la vida por los cuales se cambia el capital variable, tiende a elevar la tasa de la ganancia elevando la tasa de la plusvalía y reduciendo el valor del capital constante.

Una crítica de la Ley

¿Se justifica el suponer al mismo tiempo una tasa constante de la plusvalía?.
Una composición orgánica ascendente del capital va de la mano con la creciente productividad del trabajo. Si la tasa de la plusvalía permanece invariable, esto significa que tiene lugar una elevación de los salarios reales, exactamente proporcional al aumento en la productividad del trabajo. La productividad acrecentada del trabajo del obrero beneficia a éste en igual grado que al capitalista.
En primer lugar, hasta aquí todo nuestro análisis nos conduce a esperar una tasa ascendente de la plusvalía. Una de las concomitantes normales de la productividad del trabajo acrecentada es la creación de un ejército industrial de reserva, que ejerce una influencia deprimente sobre los salarios. Ésta es precisamente una de las características que distinguen al capitalismo. La suposición de una tasa constante de la plusvalía con la productividad ascendente del trabajo parece pasar por alto este efecto. Puede decirse que Marx tomó en cuenta este problema incluyendo la superpoblación relativa entre las causas que contrarrestan de la tasa descendente de la ganancia.
Difícilmente se justifica la suposición de Marx de una tasa constante de la plusvalía coexistiendo con una composición orgánica ascendente del capital. Un ascenso en la composición orgánica del capital significa necesariamente un aumento en la productividad del trabajo, y Marx mismo nos dice que una más alta productividad va invariablemente acompañada por una tasa más alta de la plusvalía.
Si se supone que tanto la composición orgánica del capital como la tasa de la plusvalía son variables, entonces la dirección en que la tasa de la ganancia cambiará se hace indeterminada. La tasa de la ganancia bajará si el porcentaje de aumento en la tasa de la plusvalía es menor que el porcentaje de disminución en la proporción del capital variable con respecto al capital total.
¿Podemos considerar como probable que esta condición se cumpla en lo general?. Si es así, la suposición de Marx de una tasa constante de la plusvalía pudiera considerarse como un recurso útil para enfocar la atención en el elemento más importante de la situación.
Marx pensó probablemente en estos términos, y ésta es quizá la razón de que formulase el problema de la tasa de la ganancia como lo hizo.
En términos físicos es seguramente verdad que la cantidad de maquinaria y materiales por obrero ha mostrado una tendencia a crecer muy rápidamente. Pero la composición orgánica del capital es una expresión de valor; y debido a la productividad del trabajo en ascenso constante, el crecimiento en el volumen de maquinaria y materiales por obrero no debe considerarse como un índice del cambio en la composición orgánica del capital.
La formulación de la Ley de la tendencia descendente de la tasa de la ganancia por Marx no es muy convincente. Al mismo tiempo podemos advertir que los intentos hechos para demostrar que una composición orgánica ascendente del capital debe ser acompañada por una tasa ascendente de la ganancia tampoco son convincentes.
Marx ha considerado una tendencia descendente de la tasa de la ganancia como un rasgo básico del capitalismo. Lo único que se pone de manifiesto es que no es posible demostrar una tendencia descendente de la tasa de ganancia comenzando el análisis por la composición orgánica ascendente del capital. Tras la composición orgánica ascendente del capital está el proceso de la acumulación de capital, y es aquí donde debemos buscar las fuerzas que tienden a deprimir la tasa de la ganancia.
Si los demás factores no cambian, tal elevación de los salarios conduce a una reducción en la tasa de la plusvalía, y esto, a su vez, se expresa en un descenso en la tasa de la ganancia.
Los capitalistas mediante la introducción de maquinaria y otros recursos para economizar trabajo, procuran mantener la tasa de la ganancia en su nivel anterior y aun elevarla por encima de él. El aumento en la composición orgánica del capital tenderá a restablecer la tasa de plusvalía a acrecentar el volumen de la plusvalía mas allá de los que éste hubiera sido en ausencia del aumento de la composición orgánica del capital. Por lo tanto, los actos de los capitalistas al elevar la composición orgánica del capital no carecen de cierta justificación objetiva desde el punto de vista de la clase capitalista en su conjunto.
Ni ha habido tampoco la intención de negar la validez de las causas que contrarrestan de Marx.
Los capitalistas sufren siempre la tentación de intentar un aumento en la tasa de la plusvalía y no parece muy dudoso que el contrapeso que resulta a la tendencia descendente de la tasa de la ganancia sea continuo y pueda ser a veces importante.
Entre las fuerzas tendientes a deprimir la tasa de la ganancia podemos mencionar:
a) Sindicatos. Si la competencia del ejército industrial de reserva en el mercado de trabajo pudiese actuar sin estorbo ni obstáculo, los ingresos reales de los obreros podrían ser mantenidos en un bajo nivel de subsistencia, en tanto que los capitalistas reportaban todos los beneficios del aumento en la productividad. Para vencer este obstáculo los obreros se agrupan en sindicatos, asegurándose de este modo el control de la oferta de fuerza de trabajo. Los sindicatos son así el instrumento más importante con que los obreros procuran mejorar sus condiciones bajo la producción capitalista.
b) Acción del Estado en beneficio de los trabajadores. Ejemplos son la limitación legal de la jornada de trabajo, el seguro contra el desempleo. Por lo general la primera reduce la tasa de la plusvalía, en tanto que la segunda ayuda a los trabajadores en sus esfuerzos por mantener los niveles de salario.
c) Organizaciones patronales. Actúan para mejorar la posición contractual del capital frente al trabajo y ejercen una influencia ascendente en la tasa de ganancia.
d) Exportación de capital. En sus efectos directos sobre la economía del país, la exportación de capital actúa para mitigar la presión sobre el mercado de trabajo doméstico, y en esta forma impide que la acumulación tenga todo su efecto depresivo sobre la tasa de ganancia.
e) Formación de monopolios. La influencia del monopolio en la tasa de ganancia es un tema complicado
f) Acción del Estado en beneficio del capital. Un ejemplo lo ofrecen las tarifas protectoras. Estas tarifas pueden tener el efecto de elevar la tasa de la ganancia general.

En el análisis del capitalismo todo debe ser cuidadosamente examinado y probado por su influencia sobre la tasa de ganancia.
CAPÍTULO VIII. LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS
En este capítulo Marx habla sobre las crisis económicas. Comienza explicando una transición de las formas de transacción del trueque M -M (Mercancía contra Mercancía), a una forma de cambio M – D - M (Mercancía contra dinero y dinero contra mercancía), en las condiciones de una economía desarrollada. Con la aparición de la moneda, le permite al productor vender su producto cuando esté acabado y con el dinero obtenido invertirlo o gastarlo en lo que necesite o le apetezca. De este modo se ahorra tiempo y ayuda a la especialización, que es la base de la productividad incrementada.
Este medio de cambio privado introduce la posibilidad de crisis de naturaleza “maquiavélica” nunca antes sospechada en una economía simple, trabajo organizado y productos compartidos bajo la dirección de un solo ente, de una sola autoridad. Si por alguna circunstancia fallase un comprador-vendedor, se produciría una crisis en cadena pudiendo afectar a toda la economía. La consecuencia real es que coinciden en el mismo espacio y tiempo existencias de mercancías no vendibles y necesidades insatisfechas. Los productores han producido más de lo que puede vender y como resultado se depara, una crisis de sobreproducción. Contradictoriamente la sobreproducción no es la causa de la crisis, sino la consecuencia de ella. Habría que estudiar en que momento y por qué circunstancias la cadena compra-venta es interrumpida.
Los economistas clásicos no fueron capaces de diferenciar entre la producción simple de mercancías y la producción capitalista, y sus teorías fueron aplicadas de forma equivocada. La ley de Say soporta la idea de que no puede interrumpirse la circulación M – D - M, y por esa misma dinámica no puede haber crisis ni sobreproducción. Y es por ello que se tiene la falsa idea de que la crisis y la sobreproducción son incompatibles en ambos tipos de producción. Marx rechaza esta idea afirmando que en la cadena de compra-venta, uno no tiene ninguna obligación a comprar por el hecho de haber vendido. Aquí se produciría la interrupción del ciclo M – D - M siendo el posible origen de una crisis. La venta y la compra están separadas en tiempo y espacio. El dinero es el medio por el cual el cambio se divide en dos transacciones separadas y distintas:
la venta y la compra.
Por esto mismo, porque son dos procesos, alguno puede fallar interrumpiendo así el ciclo deparándose una crisis.
La forma de circulación M – D - M, que es la habitual, se convierte bajo el capitalismo en D – M - D.
En la primera forma, en la producción simple de mercancías, el objetivo de cambio es el valor de uso y no el aumentar el valor de cambio, es producir para el consumir. Sin embargo en la segunda forma, tanto la “D” primera como la “D” final representan el valor de cambio, y el objetivo real es incrementar ese valor.
Lo cual no significa que el modelo de circulación M – D – M vaya a dejar de existir, ya que la mayoría de los trabajadores asalariados participan en ella, con lo que ello comporta (incremento del valor de uso). Resulta una equivocación pensar que el obrero tiene un deseo natural de obtener cada vez más ganancia (de acumular).
En la relación entre D – M - D y el problema de la crisis, hay que tener claro que el interés real del capitalista es elevar la tasa de ganancia (incremento del volumen de “D”, respecto a la cuantía del capital original). En lo referente a la posibilidad de crisis no hay diferencia entre la producción simple de mercancías la referida a M – D - M y la del capitalismo D – M - D. Las operaciones de compra-venta, afectan en ambos casos al proceso. La diferencia existente está en que puede desaparecer la tasa de ganancia o volverse negativa, por lo que el incentivo de la producción capitalista dejara de existir. También puede ocurrir, que se produzca un descenso de la tasa y que los capitalistas reduzcan el número de sus operaciones lo bastante como para producir una crisis.
En esta situación, el capitalista debe elegir una de dos opciones: introducir más capital a la circulación o conservarlo, aunque no tardando tendrá que usarlo reinvirtiéndolo para continuar siendo un capitalista. Lo que ocurre es que ese aplazamiento de disponibilidad de capital en el sistema habrá producido una interrupción y provocado seguramente una crisis de sobreproducción. Por lo que, es incierto que la tasa de ganancia deba desaparecer o volverse negativa para que se produzca una crisis; sólo con el descenso de la tasa de ganancia puede ser lo suficiente para interrumpir el proceso de la circulación y por tanto dar lugar a una crisis.
Existen dos tipos de crisis: las relacionadas con el descenso de la tasa de la ganancia y la crisis de realización (realización de valor). Desde un punto de vista de análisis causal, los dos tipos de crisis plantean varios problemas. En un caso tiene que ver con movimientos en la tasa de la plusvalía y en la composición del capital, quedando intacto el sistema de valor. En el otro caso, tenemos que ver con fuerzas no especificadas que tienden a crear un déficit general en la demanda de mercancías, en el sentido de ser insuficientes para adquirirlas todas con una tasa de ganancia satisfactoria. El detonante de la crisis en ambos casos es un descenso en la tasa de la ganancia. Lo que subyace al descenso en la tasa de ganancia en un caso, requiere un análisis muy distinto del que requiere lo que produce el descenso en la tasa de ganancia en el otro.

domingo, 29 de noviembre de 2009

jueves, 26 de noviembre de 2009

MI MUSICA

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Este es un canto a los que piensan de estar el máximo, el mejor, y qui pero tienen que bajar la cabeza porque todos estamos aquí como individuos iguales.

Incubus, este grupo me encanta porque son artistas: hablan de cosas oscuras, no nombradas de nuestra sociedad que pero intentan representarle en estas obras. Y por tanto el genero de alternative rock traduce mi emociones y me relaja.
Esta canción reconoce el hecho que estamos empujados desde una fuerza colectiva invisible pero sentida. Hay una sensación de incertidumbre desde futuro y el control que tenemos (o que no tenemos) sobre eso, lo que provoca miedo y se pregunta en que medida dejamos este miedo controlar nos actos? Por tanto seguimos como si fuéramos ovejas, pero realiza que tenemos que DRIVE, es decir: conducir, nosotros mismos que en este sentido seriamos nosotros a tener el control y dirigir el rió de nuestra vida, y no los movimientos de la sociedad sobre de nosotros. no tenemos que dejar este miedo del futuro dirigirnos. De todas formas, manana vamos a estar, y a pesar de lo que va a venir entonces no solo debemos aceptarlo pero acogerlo, con animo abierto. Tenemos que tomar un nuevo camino, no lo que es seguido por la mayoría, y no solo un nuevo camino, si no un nuevo método para caminar. Tenemos esta posibilitad y tenemos que tomarla.